Adentrémonos hoy en, una fiesta tradicional colectiva, como es el caso del carnaval, es un buen tema, pues permite manifestar la elaboración de tradiciones que vienen del pasado, adaptándolas a los cambios de la sociedad, y es el espacio en el cual el pueblo puede reafirmar su solidaridad comunitaria, planteándose, al menos durante el tiempo festivo, en forma transitoria, un mundo diferente.
En esta fiesta cientos de personas cruzan sus caminos y vagan por ciudades como expresión y muestra de nuestro folclore más arraigado.
En esta fiesta cientos de personas cruzan sus caminos y vagan por ciudades como expresión y muestra de nuestro folclore más arraigado.
El folclore tiene la misión de estudiar todo lo relacionado con la creación y transmisión de manifestaciones culturales, porque el pueblo será siempre cambiante, no hace más que interpretar, ágil y libremente, la existencia.
Ha existido y existe, un abandono y cierto menosprecio hacia la cultura popular, y las razones son, y lo fueron, más en tiempos pasados, las estructuras de clases, normalmente costumbres y tradiciones son asociadas a clases trabajadoras y campesinos.
Los fenómenos culturales son difícilmente comprensibles si se prescinde del contexto, si se olvida o se aparta la forma de sentir, de vivir lo que años de convivencia social o permanencia urbana y de influencia geográfica han concentrado en lo que llamamos identidad, porque la región, la comarca o el pueblo, que une a veces, también establece fronteras determinantes y diferenciadoras.
La realidad no es igual para todas las sociedades y culturas, sino que es construida de manera diferenciada.La palabra folklore, significa literalmente “conocimiento del pueblo”.
El conjunto de canciones, fiestas, costumbres, tradiciones, etc. de un pueblo, van a definir su idiosincrasia. Van a perfilar las características propias de este pueblo y van a marcar su propia cultura, que a su vez van a ser los elementos que diferencien a un pueblo de otro pueblo. Pues bien, esta cultura propia, elaborada y labrada por sus propias gentes es transmitida de padres a hijos, de generación en generación.
El carnaval constituye una de las obras fundamentales de la historia social universal y una de las festividades más antigua de la cultura occidental, que se celebra en todo el mundo cuarenta días antes de que comience la cuaresma.
Se organizan grandes bailes, desfiles y fiestas de máscaras, el predominio en estos días es el sentimiento de alegría, todas las preocupaciones y problemas cotidianos se olvidan por completo.
Salen a relucir antifaces, gorritos y serpentinas, así como la lluvia de confeti sobre el tumulto que llena las calles; una de las más importantes características del Carnaval es la alegría colectiva de una multitud que se reúne en espacios públicos para festejar.
Una fiesta como el carnaval, es momento de libertad, desinhibición y la ignorancia de las reglas establecidas.
Este es un hecho que cobra especial trascendencia en el carnaval iberoamericano. La producción cultural del desorden a través de diversos rituales y fiestas populares, incluido el carnaval, constituye una de las identidades de las sociedades iberoamericanas.
Algunas normas y reglas son ignoradas o abolidas durante el carnaval otras se activan de modo más intenso.
La expresión carnavalesca además de trazarse sobre marcos culturales tiene otra cara que suele ser imaginada como la culminación de la libertad.
El carnaval en España era originalmente un rito pagano, que se incorporó más tarde a las fiestas de la iglesia católica para celebrar el adiós a los excesos y para prepararse para el ayuno durante la Cuaresma. Estas fiestas tienen un significado especial en España, ya que estuvieron prohibidas en todo el país durante los 40 años, con la dictadura de Franco.
Un ejemplo destacado, es la localidad manchega de Herencia, provincia de Ciudad Real los orígenes se pierden en el tiempo, incluso en los tiempos de la prohibición siguió celebrándose bajo el nombre de Fiesta de las Animas. Hoy en día fiesta declarada de interés turístico regional.
Durante la semana del carnaval todas las ciudades celebran fiestas populares con desfiles por las calles, disfraces, música y máscaras.
El desfile del carnaval además de un espacio para la expresión emocional y verbal, marcado por la libertad y el júbilo, que te transporta fuera de la rutina cotidiana, resulta al mismo tiempo un tratamiento de contención y de control.
En mi opinión, el carnaval responde a una profunda necesidad de nivelar simbólica y lúdicamente los conflictos y diferencias de las sociedades. El carnaval es un evento muy serio, aunque la farsa y la burla constituyan algunos de sus ejes inherentes.
El verdadero carnaval no comenzó como el espectáculo turístico que conocemos hoy, sino más bien como una celebración religiosa y espiritual, donde el pueblo se iba de fiesta, justo antes de entrar en la Cuaresma.
A pesar de la inspiración católica, definitivamente es celebrado más como una fiesta profana que como un evento religioso.
Diferentes países dejan a un lado el trabajo y los estudios para dar paso a una fiesta llena de colores, máscaras, disfraces, bailes y concursos entre los más destacado se encuentra el Carnaval de Brasil.
Atrae por su magnificencia, deslumbrante lujo, exuberante glamour y con su indiscutible fuerza. Además de una gran fiesta es un negocio que mueve millones.
Las manifestaciones carnavaleras son también escenarios de confrontación y estrechamiento de vínculos sociales, económicos y políticos entre sus participantes.
El carnaval de Brasil es algo más que una fiesta, es una filosofía de vida, es una forma de entender los días y, especialmente, las noches .Es un encuentro en el en el que la urbe se detiene y se vuelca en un canto al júbilo y el placer, un momento en el que cada hombre y cada mujer se convierten en irresistibles divinidades.
En el fondo, estas fiestas reivindican un mundo encantado. Dejamos de lado lo supuestamente racional donde nosotros decidimos sobre nuestras vidas, para pedir protección mágica.
La historia muestra la oficialización de un show de masas como es el carnaval y sobre todo en países donde se vive con gran fervor como Brasil. La celebración les hace huir de una realidad cruel y difícil y durante esos días se entregan al júbilo y a festejar, sin pensar que cuando las fiestas culminen, todos regresarán a la amarga realidad de un país que se encuentra una difícil situación.
Choca la forma en que cada país tiene de celebrar el carnaval, aunque su origen partiera del mismo hecho, por ejemplo en Venecia encontramos un carnaval silencioso de máscaras en contraste con el carnaval brasileño destacado por el ruido y el júbilo.
Es por esto que podemos afirmar que el folklore tomado en su sentido amplio tiene distintas connotaciones para cada país.
El carnaval entretiene a la población y al igual que un partido de fútbol, hace que durante su celebración nadie se plantee otra cuestión, que no sea la de celebrar.
Si se piensa bien, puede servir como un método de los órganos que controlan el poder, para tener contento a las masas, y distraer su atención sobre la cruel realidad que azota al país.
La fiesta carnavalera fue relacionada desde sus inicios con las plazas públicas de los pueblos o ciudades y en algunos casos con las ferias, sobre todo a fines de la Edad Media y durante el Renacimiento. Al presentarse como un espectáculo fundamentalmente público y abierto, es posible explicar su vitalidad, amplia difusión y carácter popular.
En el tiempo carnavalesco la multitud se entrega al desenfreno lúdico, y se abre a las críticas y a los excesos.
Tenemos el ejemplo de Cádiz con sus chirigotas y murgas, criticando aspectos relevantes de la realidad, que gozan de gran popularidad en todo el país. Cada año, miles de españoles viajan a esta ciudad para disfrutar durante estos días de la música, del vino y de la diversión, mientras escuchan las murgas y las charangas de grupos locales que se ríen de los políticos y de los personajes importantes nacionales e internacionales, a la vez que representan los acontecimientos graciosos del año.
Se dice que al pueblo hay que darle pan y circo para tenerlo contento. La vieja estrategia, equivale en la actualidad a "pan y toros", "pan y futbol", "pan y diversión", etc.
La estrategia tiene su explicación. Todo aquello que distraiga la afligida rutina de la ciudadanía; todo lo que provoque asombro y se convierta en tema de conversación; todo lo que suene y parezca excitante; hace al pueblo evadirse de los problemas de su cotidianidad.
Las sociedades reflejan sus particulares creencias y valores acerca del mundo que los rodea a través de sus construcciones materiales de sus diferentes grupos sociales, como sus vivencias, vestimentas, alimentos, artesanías, etc. y sus producciones espirituales como religiones, mitos, leyendas, sistemas legales, económicos, educativos, folclore y cultura popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario